Soy exitosa(o)

Mayrautora
26 jul 2023
3 Min. de lectura

¿Buena suerte o voluntad indomable?

Para muchos de los que nos rodean, nuestra vida luce “ideal”… si se mira desde afuera claro está. Se llenan de opiniones e ideas sobre que somos los consentidos de los Papás o nos acostamos con el Jefe para tener lo que tenemos y llegar hasta donde hemos llegado, envidiando nuestros logros y llamándoles “buena suerte”. Todos esos pensamientos no son más que especulaciones, ideas sin fundamento ni verdad. Todo es simple PERCEPCIÓN. Desde afuera, llegar a esas conclusiones no requiere tanta ciencia, es lo más básico e inmediato de pensar. Pero repito: son solo PERCEPCIÓN pues olvidan que aunque no se vea, la Luna tiene un lado oscuro y las monedas tienen dos caras.

Así que lamentablemente, las percepciones externas son erróneas y tienen más que ver con retorcidas teorías imaginarias, que con un conocimiento completo de nuestra realidad y sentirnos mal porque otros no han sabido capitalizar sus oportunidades, no le ayuda a nadie. Movernos desde la culpa o la vergüenza tampoco contribuye en nada.

¿Quieres mi “buena suerte”? ¿Te encantaría una vida como la mía? ¡Perfecto! Ese es un gran indicador de que no te gusta donde estás hoy día, y del tipo de vida a la que aspiras. Nada más que si sigues haciendo, diciendo y pensando igual que ayer y que antier y que la semana pasada y que el resto de tu tiempo sucedido, te tengo noticias: vas a seguir viviendo y teniendo y sintiendo lo mismo que ayer y que antier y que la semana pasada y que siempre has vivido y tenido.

¿Quieres un cambio? Levántate de esa silla y trabájalo. Lee, documéntate, alimenta tu mente y tu espíritu con cosas diferentes, capacítate en cosas que te agraden, pule tus habilidades, levanta tu voz con toda la fuerza de la que seas capaz y transforma esa realidad que no te gusta y que no te hace feliz. No nos tiene que ir mal a todos. No envidies lo que no tienes, mejor reinvéntate y fabrícate tus propias oportunidades y los momentos de crisis, son el tiempo ideal para hacerlo. ¿Es difícil? Sí. ¿Es complejo? Mucho, y hoy más que nunca. ¿Lo vale? Esa respuesta solo tú la sabes. Mi respuesta es que sí, lo vale una y mil veces.

Imagina que el mismo empeño y la misma fuerza que pones en envidiar la vida de otros y en justificar tu miedo a cambiar la tuya, lo colocas ahora en moverte de donde estás y demostrarte lo que puedes y lo que vales… ¡imagina cuánto no habrías conseguido ya!

Deja de justificar tus problemas y mejor enfréntalos y resuélvelos. La época en que se avanzaba en la vida con explicaciones vacías que no solucionan de fondo, ya no funciona. Si deseas algo con todo tu corazón no hay otra que fajarte los pantalones, resolver los problemas, diseñar estrategias inteligentes y enfocarte en tus propios resultados. El miedo, la falta de una meta clara, no querer equivocarse o fracasar, la flojera, la envidia por lo que quieres y no tienes, todo eso solo estorba. Deja de aferrarte a la forma en que siempre has hecho las cosas y tu vida comenzará a parecerse más a eso que sueñas cada noche al dormir y envidias cada día al despertar.

Todos hemos cometido el error de comparar resultados ignorando procesos. Lo que todos vemos es el producto terminado, la parte visible, esa que muchos ambicionan obtener sin costo, sin cambios, sin sacrificios, sin saber todo el trabajo que hay detrás de ese logro.

¿Realmente esa vida que quieres, la quieres a tal grado, como para caminar ese camino, con todos sus costos, y llegar a la meta con todo lo que implica? Mira dentro de ti y busca honestamente la respuesta, porque ningún cambio es gratuito, siempre habrá que pagar el precio…