Comprando felicidad
- Mayrautora
- 29 mar
- 2 Min. de lectura
¿Lo quiero o lo necesito?
Es muy interesante detenerse a analizar lo que esas “saliditas” de shopping desatan en nuestras finanzas y en nuestra fisiología. Los descuentos, los MSI y el famoso “para eso trabajo”, son irresistibles tentaciones para cualquiera. Y es que el acto de “comprar”, nos dispara la dopamina y la endorfina, conocidas como las “hormonas de la felicidad,… una dulce y placentera sensación ¡!
Y por supuesto, son súper bienvenidas al llegar en el camión de la “gratificación inmediata”, recompensas peligrosamente agradables, obtenidas rápidamente y con poco esfuerzo: maravilloso para sentirnos bien rápidamente pero pésimas para reforzar nuestra tolerancia a la frustración.
Ahora agreguemos el ingrediente de la “cultura de lo desechable” donde todo es reemplazado a la menor provocación y entonces comprar algo nuevo se vuelve cada vez más frecuente y necesario… y con las tiendas en línea donde están disponibles gran variedad de cosas las 24 horas y los 365 días con sólo un número de tarjeta, pues tenemos el caldo de cultivo perfecto para un consumo inconsciente y sin control.
Está muy bien que tengamos los recursos para satisfacer nuestras necesidades pero… ¿realmente necesitas eso que quieres? ¿O sólo es un espejismo tras el cual se oculta un verdadero problema de auto estima?
Podrías estar adormeciendo tu dolor a través de esta compulsión para no enfrentar tu verdadero problema: soledad, depresión, falta de límites, etc. Intentar llenar tus vacíos con artículos innecesarios va a hacer aún más grande el círculo vicioso, y la desconexión con tu realidad se hará cada vez más grande y difícil de parar.
El llenar tus manos de bolsas y tu vida de deudas, no tiene nada que ver con reforzar tu amor propio. Comprar no está mal, darse un gustito ocasionalmente está bien: siempre y cuando no estés reemplazando capricho por una necesidad real y prioritaria.
El secreto: analiza y compra CON CONCIENCIA. Pregúntate si de verdad lo vas a usar, si es algo que puede esperar, si los beneficios que te ofrece realmente ameritan lo que cuesta y siendo honestos: si lo que realmente buscas es aplastar eso que no quieres sentir porque te duele.
Si estás dudando en comprar o no ese objeto número 52, es altamente probable que no lo necesites y que con los 51 que tienes ya sea suficiente. No es lo mismo el objeto que el sujeto, así que tranquilízate antes de lanzarte al centro comercial “con el poder de tu firma” y mejor ponte tus tenis y corre con tu terapeuta de confianza para enfrentar de una buena vez, eso que está sangrando tu corazón… y tu cartera.

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