Gaslighting
- Mayra Hernandez
- 22 abr 2024
- 3 Min. de lectura
Duda y manipulación
Cuenta la leyenda que existen cosas como chismes, envidias, condescendencia, interferencia, exclusión y otras por el estilo, pero ¿no verdad? Para nada… jajajaja… y en el trabajo mucho menos, porque el ambiente corporativo es un jardín tapizado de pétalos de rosas… ¿o no?
Sí, el sarcasmo es una gran forma de abordar algo que no tiene nada de gracioso y sí mucho de tóxico: el GASLIGHTING, palabra que se refiere a una forma de violencia donde se niega o se tergiversa la realidad a través de acciones como dar por sucedido hechos que jamás ocurrieron y mentir o manipular para que la víctima llegue a dudar de su propio juicio, con el objetivo de poner a otros en contra de la víctima a través de las críticas a su conducta, su criterio, sus habilidades y su inteligencia, a través de calumnias basadas en falsedades o exageraciones y no en evidencias ni en hechos concretos.
Crueldad y perversión tan sutilmente disfrazadas por un agresor que elogia a su víctima en público mientras que le ataca en privado. De esta forma no hay testigos y la víctima no puede acreditar ni demostrar que está siendo agredida y acosada. El agresor emitirá de forma constante comentarios negativos sobre la víctima, basados en juicios personales y hará acusaciones falsas para atacar su credibilidad: la siembra cobarde de rumores y chismes a espaldas de la víctima será una de sus armas más poderosas.
Por definición, es muy probable que cuando nos esté sucediendo no seamos capaces de percibirlo, por ello, será importante prestar atención al uso de frases que encienden “focos de alerta”:
"Eso que dices no fue así"
"Estas exagerando"
"Qué sensible eres"
"Yo nunca dije eso"
"Te ofendes muy fácil"
"Todos están de acuerdo conmigo, menos tú"
"Le estás dando mucha importancia"
Sin duda que al venir estas frases de alguien con autoridad, nos hace cuestionarnos si realmente será como nos lo están diciendo, si realmente podríamos estar exagerando, si lo que creemos u opinamos no tiene importancia ni valor. La recomendación: no olvides que el origen de todo esto es la manipulación, por lo que racionalidad y el profesionalismo brillarán por su ausencia. No trates de solucionarlo ni de conversar, porque lo único que vas a logar es que te enrede aún más en un laberinto emocional sin salida, pues alguien que engaña a los demás también es muy bueno para convertirse en víctima haciéndote sentir como el agresor. Mejor, involucra a alguien con mayor jerarquía o a alguna persona de recursos humanos y ten por escrito un registro de todas y cada una de las ocasiones en que se hayan presentado este tipo de acciones.
Si desde el inicio la empresa deja perfectamente claro qué se espera de los empleados, qué no se va a permitir y las consecuencias del maltrato, falta de respeto o acoso, y establece protocolos y canales adecuados de comunicación para abordar estos temas, el clima laboral y el desempeño de todos se verá beneficiado.
Y por supuesto, blíndate con autoestima y confianza para no caer tan fácilmente en una espiral tóxica que te hace dudar de lo más importante que tienes: tu amor propio y tu valor profesional. Si para tu empresa la responsabilidad, el clima laboral y la resolución de conflictos no son temas de interés, demuestra que para ti sí lo es y continúa conduciéndote de forma ética. Quizá haya que cuestionarse si permanecer en un lugar así sea buena idea y si no lo es, haz lo necesario para prosperar personal y laboralmente…

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