Síndrome del burnout
- Mayrautora
- 19 jul 2023
- 2 Min. de lectura
¿Cansancio pasajero o agotamiento crónico?
De acuerdo a información de la ONU, los mexicanos:
trabajamos 500 horas más que el promedio entre los países miembros, que incluyen a naciones como Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Chile y Canadá.
trabajamos 2,250 horas anuales, mientras que el resto de las naciones en promedio trabajan 1,776 horas al año.
29% de los mexicanos con empleo remunerado decimos tener un horario laboral excesivo.
México es de los países con menos vacaciones al año, 67% de los profesionistas mexicanos trabajan más de 8 horas diarias y 43% de ellos sólo cuentan con 6 días de descanso al año.
Y la consecuencia es muy fácil de adivinar: el ya muy conocido síndrome del Burnout: agotamiento mental y físico que se presentan como resultado de exigencias agobiantes y estrés crónico; los problemas se amplifican, la toma de decisiones se vuelve demasiado emotiva y poco racional, no logramos apreciar nuestros propios logros y se nos dispara la ansiedad en cada situación que nos hace dudar y nos pueden colapsar.
La vida cotidiana se vuelve gris, plana, insípida y nuestra actitud débil y sin entusiasmo: los valores de la vida se diluyen y la sensación de pertenencia no existe. La tristeza, la apatía, el enojo y el dolor se vuelven nuestros compañeros constantes. Los niveles altos de cortisol inducen una disminución en la activación del sistema inmunológico y puede agravar enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y neurodegenerativas como el Alzheimer.
Incrementar la empatía y contar con alguien de confianza con quien puedas hablar y desahogarte, disminuye las conductas negativas y fomenta la estabilización de las emociones. Y ya ni te cuento de lo vital que resulta salir de vacaciones para cambiar la rutina de desgaste laboral. Realiza actividades físicas que incrementen dopamina, así como meditación y/o ejercicios de relajación, y consume contenidos que te hagan reír y reduce al mínimo necesario los noticieros para incrementar la producción de endorfinas.
Otro punto importante es evitar llevarse el trabajo a casa: ya suficientes horas dedicas en la oficina como para todavía invadir tu tiempo personal y contaminar el espacio sagrado con tu familia con tu interminable lista de pendientes, que no sería tan grande si pusieras límites y administraras asertivamente tus actividades, priorizando y disciplinándote y sobre todo, bajándole al tiempo que pierdes en el cafecito, el chisme con tus compañeros o las redes sociales: y queda terminantemente prohibido llevar a la cama teléfonos celulares, tabletas o computadoras.
Ya sé que suena a cliché barato, pero es contundemente cierto: es más importante la salud y la familia que cualquier otra cosa, porque tu trabajo lo puede hacer alguien más, pero tu presencia en casa y tu atención a ti misma(o) es insustituible…

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